28 de junio de 2016

Legionarios de Marte - Virgo, el Monje Shaolin

"Siempre se debe preferir la acción a la crítica" - Franklin D. Roosevelt, 32° presidente estadounidense.

"Bareheaded Shaolin Monk" - Junefeier deviantart

-Wuseng Mao, tus hermanos están listos para la expedición. ¿Está seguro de que es necesario arriesgarse tanto?
-Nadie más puede hacerlo, Venerable. 
-Pero la prudencia advierte que trece hombres contra el ejército de Wang no es un número esperanzador; aunque sean versados en el arte del Kung Fu...
-El futuro Emperador corre peligro, y también nuestra tierra. ¿Acaso seríamos algo sin ella? ¿Tendría base sólida nuestro amado templo?
-Estás determinado, como sólo un monje guerrero puede estarlo. Ve con tus enseñanzas entonces.  
-Descuida, no somos sólo trece; la fuerza del tigre y la sabiduría del dragón están de nuestro lado.    
  
G.F.
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Meditando desde antes del amanecer hasta el crepúsculo, Marte en Virgo consagra su enorme caudal de energías para auto-superarse cada día un poco más. Como Legionario, es el Monje Shaolin, cuyo entrenamiento en artes marciales sólo puede ser equiparado con su perseverancia meditativa. 

Y es que un Marte tan inquieto como el que visita al mercurial Virgo debe hallar la manera de canalizar los impulsos que su maquinaria mental genera casi constantemente. Por ello, la disciplina y la filosofía budista son los cuerpos que sostienen el alma de esta visión Shaolin, que implica todo un completo modo de vida.

El Monje Guerrero nació como producto del hindú Bodhidharma, quien se estableció en el templo ubicado en Henan, China, en el año 527 a.C. para difundir el budismo. Una vez allí, desarrolló técnicas de meditación y ejercicios para el cuidado de la salud en general. Finalmente, el arte del Kung Fu prendió tan bien entre los estáticos religiosos que terminó por superar en fama a la vida monástica del lugar. 

La disciplina Shaolin se ajusta de manera idónea para Marte-Virgo debido a que esta combinación se encuentra saludablemente operando siempre que mantenga una rutina determinada, haga ejercicio físico y le de un espacio a su agitada mente obsesiva por corregir las imperfecciones mundanas a través del acto meditativo. De esta manera logra evitar los cortocircuitos tan frecuentes y obtiene enormes beneficios al conectar con el Universo, que sigue existiendo más allá de la propia celda. 

Como Monje, los deseos que desata el planeta rojo, -sobre todos los carnales-, terminan por ser sublimados en pos de la búsqueda espiritual. Y para ello vemos que no existiría posición más armónica con la filosofía budista y su premisa del "no-deseo" como camino hacia la liberación de la rueda kármica del Samsara (la constante de muertes y reencarnaciones).

El arma más letal en manos de este guerrero es una simple y sencilla vara, preferentemente de roble o bambú, con la cual es capaz de las destrezas más asombrosas y letales, todo gracias a su feroz entrenamiento. De hecho, los trece monjes legendarios que rescataron al príncipe Li Shimin, que luego se convertiría en Emperador, llevaron a cabo su hazaña valiéndose de estos bastones, conocidos como

Acción Supeditada a un determinado contexto -por eso es un Marte que funciona muy bien como empleado o subordinado, más que como dirigente-; y Discernimiento son las palabras claves que acompañan a este juego de signo y planeta. A veces, tomar decisiones rápidas no es lo que mejor le sale pues, con el afán de ser preciso, su mente vacila en un laberinto antes de responder. 

Marte en Virgo ha encontrado la clave de su existencia en el provechoso equilibrio de las fuerzas físicas y contemplativas. Un Monje Shaolin, que suele ser también médico tradicional, atraviesa constantes pruebas en su formación que le exigen entereza y concentración al límite; pero si se cae, se vuelve a levantar, una y otra vez. Después de todo, sabe que sólo con pequeños pasos de hombre es que se recorren las grande distancias. 


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Bendiciones y hasta el próximo Legionario. 

Fuentes de apoyo: http://www.shaolinwugong.com; http://www.shaolinspain.com. 
     
    

23 de junio de 2016

Sol en Cáncer y una reflexión sobre las Emociones


Con el Sol transitando Cáncer es propicio hacer una reflexión sobre las emociones. Los signos de Agua (Cáncer, Escorpio y Piscis) son los que mejor las reconocen, pues viven elaborándolas y reelaborándolas en el día a día; pero todos convivimos con ellas en mayor o menor medida. Incluso si hay quienes las niegan o las reprimen, allí siguen operando, aunque como olla bajo presión.

Las emociones están a nuestro servicio como indicadores para que aprendamos de ellas a conocernos en profundidad. Ninguna emoción debería ser duradera al punto de que termine enquistándose y afectando nuestro equilibrio, que es la salud. Si elegimos quedarnos con ellas y retenerlas, será entonces nuestra responsabilidad lo que generen en el cuerpo físico, sin importar qué o quién las incitó.
Debemos comenzar a ser conscientes de que nuestras emociones son, precisamente, nuestras por sobre todas las cosas. Si se activan, es para avisarnos que hay algo que nos está estimulando o dañando, y que debemos tomar nota de ello a tiempo.

Muchas veces, queramos o no, las emociones nos llevan a determinadas reacciones que desatan nuevas emociones en los demás, engendrando a su vez un nuevo conjunto de reacciones en respuesta. La cadena es bastante obvia aquí, pero en la práctica puede llevar a decisiones impensadas y bruscas que luego nos darán más dolores de cabeza que si nos hubiésemos tomado el espacio para interpretar las señales del propio mundo emocional. Deberemos entonces cargar con la cruz de los resultados de esas reacciones; aunque ya será tarde para deshacerlas, todavía existe la posibilidad de redimirnos si estamos dispuestos a soltarlas y dejarlas ir. 
Después de todo, las emociones son tan claras como el Agua: si se las deja seguir su curso asimilando la experiencia, nos liberan; si nos aferramos a ellas y las estancamos, nuestro Ser se enturbia y a la larga se corrompe.       



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¡Bendiciones para todos!


14 de junio de 2016

Legionarios de Marte - Leo, el Paladín

"La acción es mejor que el conocimiento, pero, a fin de hacer lo correcto, debemos saber lo que hacemos" - Carlomagno, rey de los lombardos. 





Soy Arland, hijo de Armand el Bravo, hijo de Arnud; heredero de una casta indiscutible de afamados hombres de valor. 
Soy un defensor de la justicia, de todo lo que es bueno bajo el sol. Mi deber es también mi honor. Mi única ley, el Código de los Respetables.
Soy Arland, el Indiscutible, pero mi corazón señala su propia dirección. No seré como mi padre; no venceré donde mis ancestros lo hicieran, no. Su fuerza será la que me guíe, pero mi brazo blandiendo a Resplandor quien me abra el camino.
Soy Arland, pisando la gloria, buscando en el firmamento mi propio lugar. 

G.F.
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Ser armado caballero era una decisión de vida que implicaba estar a la altura de un estricto código basado en virtudes a observar. El honor era, probablemente, la más destacada entre ellas. No obstante, más o menos ortodoxos, había un gran número de hombres que escogía este camino, por lo que merecer el título de Paladín implicaba ir más allá.

El Paladín debía ganarse el respeto y la admiración con hazañas nobles y corajudas que tuvieran como meta el bien común. Su espada, -que muchas veces era tan famosa como él mismo y tenía nombre propio-, estaba al servicio de causas que la mayoría de los mortales no se veía capacitada para afrontar. 

"Oficial del palacio" era la tarea implícita en su título, ya que allí permanecía cuando no se aventuraba tras una causa. Y no por ello su misión era menos honrosa, pues semejantes estructuras no sólo eran opulentas sedes de gobierno, sino que además alojaban a los herederos de la monarquía, junto con tesoros, arte y conocimientos. 

La fuerza del elemento Fuego que lo caracteriza es la responsable de encender la compasión en su interior por los débiles y desprotegidos. Como suele suceder con los héroes, esa misma fuerza también podría convertirlo en déspota y tirano si él dejara que la luz de su identidad se corrompiera por el afán de poder.          

Esta posición de Marte destaca por realizar Acciones Grandilocuentes, de esas que suelen hablar por sí solas. Por otro lado, puede haber cierta tendencia a la Autoindulgencia en las decisiones, matizando vicios y caprichos con capas de generosidad. En el mejor de los casos, la Acción Consciente será su estandarte. 

Orgulloso de sus proezas y linaje, el Paladín es convocado como Legionario debido a sus cualidades divinas para servir a las leyes de los hombres; allí donde su destreza como guerrero alumbre las sombras proyectadas por los injustos de corazón. Si así lo comprende y así lo vive, tendrá merecidamente ganado su puesto en la Mesa Redonda.        
  
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